Volvemos con un espectáculo unipersonal. No solamente es por cuestiones de crisis y falta de apoyos para afrontar proyectos, que también, es porque este género siempre nos interesó: "Feriantes", "Campo Sur", también de Lino Braxe o "La sartén por el mango", de Lola Correa, representan momentos en los que nuestra compañía asumió este tipo de espectáculos. Este será, pues, el cuarto. Después de años de hacer espectáculos de repartos numerosos, nos sentimos en la necesidad de abordar proyectos más pequeños.
En "La Mamma" seguimos conectando directamente nuestro teatro con la realidad más próxima e inmediata, como sucedió con las últimas producciones: "Último cowboy" y "Linda and Freddy, ilusionistas." Con Lino Braxe hemos trabajado en más de una ocasión, y hemos montado otros textos de este singular autor.
Nos une a él un sentido responsable de tomarlo todo con ironía y socarronería. Por eso, cuando fuimos conocedores de que trabajaba en un texto sobre la vida de una mujer luchadora que, en los últimos días de su vida rememora con extraña lucidez los tiempos pasados y el presente de este pueblo tan castigado, nos pusimos en contacto con el autor para llevar a escena su pieza. "La Mamma", en cierta medida es la historia de toda una generación, la generación de los culpables de que ahora las cosas estén como están.
Por eso la historia de "La Mamma" es la historia de un fracaso, pero del fracaso de aquellos que dejaron pasar por delante todas las oportunidades de rectificar. Bien es verdad que generalizar en una generación es excesivo, sobre todo para echar las culpas, pero miembros destacados de esa generación hicieron que ahora estemos en un callejón sin salida. Esa generación que educó a sus hijos en la abundancia y en la libertad y, ahora, todo eso se vuelve en contra. Hijos mal preparados para la crisis y excesivamente preparados para nada. Del todo esto y de alguna cosa más habla "La Mamma" de Lino Braxe que Teatro del Noroeste presenta con la intención de insistir en la crisis de valores que nos ocupa, con ironía, con socarronería, pero con sinceridad.