Recibió el premio “Compostela” en su edición de 1.992 a la mejor iluminación teatral realizada en el año anterior.
Rusia, comienzos del siglo XX.
Un grupo de idealistas forma parte de una organización que tiene como objetivo derrocar al Zar e implantar un nuevo régimen. Cinco de ellos, cuatro hombres y una mujer, se juntan en un piso dónde reciben las últimas instrucciones para su más inminente acción que va a ser dirigida contra el Gran Duque.
Las distintas concepciones que cada uno de los personajes tiene sobre la libertad, la justicia, la opresión y en definitiva el bien y el mal, son el eje central de esta trama en la que al final de la misma queda en el aire la pregunta de si es lícito o no que para conseguir una causa que algunos consideran justa tengan que pagar por el camino inocentes. En la segunda mitad de la obra la acción se traslada a una celda, dónde se encuentra Kaliaiev, capturado cuándo llevaba a cabo la acción contra el Gran Duque.
Las entrevistas que allí mantiene con otro condenado, que va a ser su propio verdugo, y también con el comisario de policía ponen en evidencia los distintos puntos de vista que el ser humano tiene acerca del momento y del mundo que le tocó vivir, pero esta contradicción llega a su momento más álgido en la visita que la propia Gran Duquesa hace a lo que se considera su justiciero.